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El Arte de Orar, Amar y Servir al estilo de Jesús - Entrega 4

PRESENTACIÓN DE JESÚS, EL CRISTO DE LA FE


Amigo, nos alegra que sigas, con la ayuda de Dios, en este proceso de aprender “El Arte de Orar, Amar y Servir” al estilo de Jesús.

 

¿Cómo presentar a Jesús hoy?

 

Bienvenido a, enriquecerte con una nueva información acerca de Jesús, “El amigo que nunca falla”. Recuerda que “el amor es proporcional al conocimiento” y tu oración tendrá mayor profundidad y unión, cuanto más y mejor conozcas a Jesús.

 

En la entrega anterior dabas tu opinión acerca de lo que es Jesús para ti. A continuación, observa algunas de las principales características de un ser humano que partió la historia en dos. Ve resaltando las afirmaciones más significativas para ti.

 

Para completar tus conocimientos vamos a presentarte a Jesús, llamado el Cristo, es decir, el Ungido, el Señor, el Mesías, el Hijo de Dios. Para lograr el objetivo acudimos a los sacerdotes Pagola y Baena, especialistas en estos temas. Te recomiendo que, aquello que te llama la atención, lo leas despacio, varias veces, no tanto reflexionando sino orando. Es una invitación a transformar la imagen que tienes de Jesús para que te puedas relacionar con el auténtico Señor del Evangelio, pues ello tiene que ver con la imagen que tienes de ti mismo, con tu ser, con tus aspiraciones, con tu identidad, con la forma de relacionarte contigo, con los demás, con Dios. Tu oración será más profunda. Recuerda, “Dime qué imagen de Dios tienes y te diré quién eres”.

 

Observa qué dicen sobre Jesús:

 

El P. Pagola, en su libro “Jesús, Aproximación Histórica”, inicia su investigación así:

¿Quién fue Jesús? ¿Qué secreto se encierra en este galileo fascinante, nacido hace dos mil años en una aldea insignificante del Imperio Romano y ejecutado como un malhechor cerca de una vieja cantera, en las afueras de Jerusalén, cuando rondaba

 

los treinta años? ¿Quién fue este hombre que ha marcado definitivamente la religión, la cultura y el arte de Occidente hasta poner incluso su calendario? Probablemente nadie ha podido tener un poder tan grande sobre los corazones; nadie ha expresado como Él las inquietudes e interrogantes del ser humano; nadie ha despertado tantas esperanzas. ¿Por qué su nombre no ha caído en el olvido? ¿Por qué todavía hoy, cuando las ideologías y las religiones experimentan una crisis profunda, su persona y su mensaje siguen alimentando la fe de tantos hombres y mujeres? (p. 5)

 

Y más adelante afirma: “Podemos decir sin temor a equivocarnos que la “Gran revolución religiosa” llevada a cabo por Jesús, es haber abierto otra vía de acceso a Dios distinta de lo sagrado: la ayuda al hermano necesitado. La religión no tiene el monopolio de la salvación; el camino más acertado es la ayuda al necesitado. Por él caminan muchos hombre y mujeres que no han conocido a Jesús” (pp. 203-204)

Seleccionamos algunos apartes del libro “Revelación, Teología y Vida Cristiana” del P. Gustavo Baena, S.J., quien inspirado en el P. Karl Rahner S.J. ha estado influyendo desde hace más de 30 años con sus sabias reflexiones en el fundamento teológico de la nueva evangelización, tanto como profesor en la Universidad Javeriana, como en personas y grupos que estimulados por sus enseñanzas hemos reflexionado y orado acerca de los temas que estamos tratando en este curso. Dice:

  • “El Cristianismo no es propiamente una religión, más bien trasciende las religiones. Jesús, en su vida terrena era de religión judía, y no pretendió ni reformarla ni fundar otra nueva. El cristianismo es más bien una concepción de lo que es el ser humano, tal como Dios lo quiere y lo está buscando desde el principio, hasta lograrlo históricamente en el caso de Jesús de Nazareth. En otras palabras, el cristianismo pretende edificar seres humanos que sean muy semejantes a Jesús. En Jesús, no sólo Dios nos revela lo que es el hombre deseado por El desde siempre, sino la manera como Dios se comporta en la creación del mundo y del hombre” (p.75).
  • “Dios no es conocible pero sí experimentable y de manera especial se nos revela en Jesús. Para Jesús, Dios no es una imagen, es acción, es el acto creador. Esto significa que Jesús tiene certeza de que Dios, como acto creador, sucede en Él y no sólo en Él, sino en todos los seres humanos. Dios crea a Jesús de la misma manera como ha venido creando a todos los seres humanos desde el principio” (p. 17).
  • Ese acto creador, acción creadora o Dios, es Su voluntad. La actitud de Jesús fue acogerse siempre, de manera incondicional y absoluta, a ese acto creador implícito en Él sin poner resistencia, de tal manera que Él se experimentaba poseído o dominado por Dios mismo. En esto consistía el Reino de Dios o dominación de
  •  Dios en su persona. De allí entonces, que el anuncio del Reino de Dios de Jesús era enteramente original, con relación al Reino de Dios que se venía anunciando en el judaísmo de su época” (p. 17).
  • “Esto no lo podemos alcanzar desde nuestro conocimiento racional, sino por el don gratuito de Dios por la fe. Por eso la fe no es una limitante de nuestra racionalidad, sino una puerta que se nos abre hacia lo infinito, la experiencia de la realidad del misterio, el acto creador continuo que sucede en nosotros mismos” (p. 19).
  • “¿Qué pretende Dios con la creación del hombre? El logro que Dios consigue en la creación del hombre Jesús es liberarlo de sí mismo para que se entregue incondicionalmente y de manera absoluta al servicio de sus hermanos, particularmente los más débiles y excluidos y, de esta manera, hacer unidad definitivamente con él, liberándolo de la temporalidad y de la muerte. Es decir, vivir siempre con Dios para continuar con Él y por Él, la acción creadora. Con esto, Dios nos está revelando lo que somos y para qué somos, después de vencer la muerte” (p. 21).
  • “Experiencia de Dios es entrar en comunicación con ese Dios que habita en mí mismo, poniéndome a disposición de su actuar, que me está impulsando a mirar compasivamente a los demás. Por eso, lo que vemos realmente, en una experiencia de Dios, son los rostros de nuestros hermanos más dolientes. Experiencia de Dios es sencillamente poner los ojos donde Dios lo hace, es decir, en los seres humanos más desprotegidos” (p. 24).

LAS DIEZ PRINCIPALES CARACTERÍSTICAS DE JESÚS

  1. Jesús tenía clara la Misión dada por su Padre, cuando afirmó en la sinagoga: “El Espíritu del Señor está sobre mí porque me ha ungido, me ha enviado para llevar la buena noticia a los pobres, para anunciar la libertad a los presos, para dar vista a los ciegos, a anunciar el año favorable del Señor” (Lucas 4, 18-19).
  2. Lo más importante de Jesús fue su relación de inmediatez con su Dios a quien le decía “Abbá”, papacito, entendido como fuente de vida y de amor. (Cf. P. Baena, S.J.). Hoy nos dirigimos a Él como Padre Maternal.
  3. Jesús fue una persona libre para amar y servir, donde fuera, a quien fuera, al costo que fuera y por encima del que fuera. Le importaba la calidad de vida del ser humano. No le importaban las consecuencias de su comportamiento porque sabía que esa era la voluntad de su Padre Dios. Su muerte en cruz fue la consecuencia de su fidelidad y obediencia amorosa. (Cf. P. Baena, S.J.).
  4. Su amor misericordioso con las personas más vulnerables como eran los enfermos, pobres, pecadores, niños, viudas, locos y excluidos. Se entiende la misericordia como ese salir con el corazón al encuentro de la miseria del otro y, sanarlo. Era supremamente sensible ante el dolor.
  5. Revela el gran secreto, el Misterio Trinitario como comunidad de amor que trabaja en lo más profundo del corazón humano y se comunica a través de las Mociones, entendidas como movimientos interiores que transforman.
  6. Jesús fue el profeta, sacerdote y rey por excelencia, porque denunció la injusticia y anunció el amor misericordioso de su Dios. Nunca fue pesimista. Su corazón estaba lleno de esperanza, porque confiaba en el poder amoroso de su Padre Maternal.
  7. Su sencillez: esperaban a un Mesías político y guerrero al estilo de David y Salomón. “No creyeron en Jesús por su sencillez y humildad”. En cambio, a unos pocos los fascinó hasta tal punto que lo siguieron (Cf. P. Baena, S.J.).
  8. Trato especial con la mujer a quien sanó y liberó en una cultura patriarcal (Cf. P. Pagola).
  9. Valiente para enfrentarse a sus opositores y a las instituciones injustas que habían perdido el sentido de la ley y del templo.
  10. Una persona atrevida para tomar decisiones fundamentadas en el amor. Rompió esquemas y cambió paradigmas. Propuso una nueva cultura, la de la soberanía del amor misericordioso, lo llamó Reino de Dios. Allí centró su existencia y por ello dio su vida.

Pero también lo persiguieron e insultaron diciéndole, amigo de prostitutas y pecadores, blasfemo, borracho, hereje, poca cosa, castrado, comilón, samaritano, igualado, loco y endemoniado. Conversa con tu Acompañante sobre esta Entrega No. 4 y pide la quinta, en la cual podrás tener información más concreta y precisa sobre “El Arte de Orar, Amar y Servir” y así continuar con tu proceso de aprendizaje.

 

 

P. Julio Jiménez, S.J.

Promotor de la Espiritualidad Ignaciana 

CIRE- Bucaramanga


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