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Capítulo 4. Tercer momento del "Arte de orar, amar y servir"

Nuestro punto de referencia es, Ignacio de Loyola, que siendo laico, "soldado desgarrado y vano",  como se denominaba, encontró  un camino práctico, entendible, posible de hacerlo, sin fanatismos, y que  responde a deseos que todo ser humano tiene, la felicidad plena, que no es algo puntual, sino el saber que uno va por el camino correcto, superando las normales dificultades de la vida. 

 

La condición indispensable: estar motivado. Palabra relacionada con  "motor", "fuerza", "empuje", "moción".  Una persona motivada, no la detiene nadie ya sea para el bien o para el mal. 

 

El Maestro Ignacio, doctor de  la Universidad "La Sorbona" de París, se convirtió en un "Maestro que nunca fue profesor" y nos enseña, en forma didáctica, una forma de orar distinta a rezar. Se centró en Jesús de Nazareth, como Camino, Verdad y Vida. 

 

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