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Capítulo 12. Tercer requisito: “La Pausa Ignaciana” o “El Examen Diario”.

Objetivo:

La Pausa Ignaciana

 

Gracias a Dios existen los genios en muchas dimensiones, como en el arte, en las matemáticas, en la música, el deporte, entre otras. En la dimensión espiritual se pueden enumerar a no pocos. Y todos los genios en la investigación dan un aporte para que la humanidad avance en su búsqueda de bienestar integral.

 

Ignacio de Loyola fue uno de ellos... se adelanta a la historia y nos propone unas herramientas muy práctica para ir por el camino de la felicidad plena y así encontrarle sentido a la vida.

 

Ya hemos explicado los tres medios para lograrla; las tres condiciones y ahora estamos explicando los cuatro requisitos: 1. "La oración de la recta intención". 2. La oración al estilo de Jesús-Pablo-Ignacio y la 3. "La Pausa Ignaciana o Examen Diario". Dentro de ocho días... la 4.... 

 

"La Pausa Ignaciana" o "Examen Diario" para Ignacio era tan importante que cuando un jesuita no podía celebrar la Eucaristía o hacer oración, no había problema. En cambio el "Examen Diario" era y es un ejercicio vital, ya que de él depende el saber si vamos por el camino correcto. Es como una evaluación continua del cómo se está desarrollando la vida centrada en el verdadero amor. Por lo tanto, ahora es más vigente que nunca, dada la confusión en la cual nos encontramos. Supone motivación, y especialmente una experiencia con el Dios revelado por Jesús, que habita y actúa increíblemente en el corazón de todo ser humano a través de las MOCIONES, o movimientos interiores que empujan hacia el amor o hacia el egocentrismo. 

 

Para hacerlo correctamente la persona debe tener muy claro cuál es el propósito o sentido de su vida. Recordemos que el Maestro Ignacio lo llama "Principio y Fundamento", es decir, la orientación que uno le quiere dar a su existencia.    

 

En el siguiente video se explica un poco más este requisito. 


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