Entrevista al P. Adolfo Nicolás

Coincidencialmente me llegó una entrevista que le hicieron a nuestro Superior General de los Jesuítas, que renunció y será reemplazado en el mes de octubre. Aun cuando tiene 10 páginas, hay una parte que para mí es impactante y por eso te las comparto en este blog. Si te interesa conocer el artículo completo, al final podrás descargarlo.

 

ENTREVISTA

 

El papa Francisco ha dicho que los religiosos son pecadores y profetas. ¿Cómo interpreta usted estas palabras suyas? Para un religioso, ¿es importante sentirse pecador? ¿Qué significa hoy ser profeta? El dice que el profeta “hace lío”, ¿qué es eso?

 

Para un religioso es importante sentirse pecador. No somos ni mejores ni peores que otros cristianos; por eso no podemos juzgar a los demás. Quizá en el pasado, siempre que nos hemos creído mejores, hemos descubierto pecados ocultos u ocultados, que nos humillaban. Pensamos, con el , que una Iglesia que juzga a los demás está demostrando poca sabiduría y usurpando el lugar de Dios, único que ve en los corazones. Sobre la profecía, humildemente me atrevería a hacer una distinción: hay un servicio profético que tiene lugar dentro de la Iglesia y que toca a los que tienen fe. A esto se refiere todo lo que dice el papa Francisco sobre la profecía: que “mete en líos”, que crea una cierta confusión y hace pensar. Hay otro servicio que se dirige a los que no tienen fe. Para estos la profecía tiene poco sentido. A ellos, sin embargo, logra llegarles el testimonio de una sabiduría distinta, humanista, evangélica, capaz por si sola, de hacer reflexionar e introducir en el alma el gusanillo del “¿será verdad?” “¿Es más humano, más auténtico?”. Esta es la función de los religiosos en muchas situaciones, bien de frontera o de más allá de las fronteras, en un mundo que ignora nuestro sentir común

 

Pero hoy día, ¿cuál sería el lenguaje profético?

 

Me ha impresionado siempre que el profetismo de Israel haya llegado a su fin. En el libro de Daniel se denuncia el hecho de que ya no exista profetismo en Israel. Puestos a buscar razones, la única plausible es que la gente durante el exilio pierde la fe. Ya no hay fe en Israel. Solo un pequeño resto mantiene la fe. El profetismo puede darse únicamente en el seno de una comunidad de fe. Y muchos religiosos viven una situación de frontera o en ambientes sin fe. ¿Qué lenguaje sería el adecuado para tales ambientes? Es interesante advertir que cuando desaparece el profetismo emerge la sabiduría como nuevo lenguaje de Dios. Quizá este sea el que necesita una Europa que ha perdido la fe, el lenguaje de la sabiduría. Quizá necesitamos un lenguaje nuevo que use la sabiduría de los sabios, o la sabiduría del pueblo, para hablar una lengua que el mundo sea capaz de entender

 

Y esta sabiduría, ¿ayuda a estar en la periferia, en las fronteras?

 

Sí, y tenemos que aprender una manera nueva de contemplar el mundo, de ver las cosas, para poder hablar: ir hasta la fronteras y ver cómo viven esos otros que están del otro lado de las fronteras puede a veces suponer un esfuerzo. Pero es a la vez muy interesante y atractivo porque hay siempre mucho de bueno en las demás personas, en las otras religiones. Esta es la razón por la que hacen falta personas de fe muy profunda, bien enraizada y cultivada, para ir a las fronteras. Personas capaces de hablar con sabiduría, capaces de hacerse escuchar.

 

Usted ha viajado mucho y tiene una visión amplia del mundo. ¿Cuáles son, según usted, los mayores desafíos que plantea el mundo de hoy?

 

Intentando responder a la pregunta de por qué son tan pocos los japoneses que se hacen cristianos, un obispo japonés solía decir: “Jesús dijo: Yo soy el camino, la verdad y la vida”. La mayor parte de las religiones asiáticas son religiones o espiritulidades del camino: sintoísmo, confucianismo, budismo, kendo, aikido, etc. Y, sin embargo, la mayor parte de los misioneros occidentales han venido a predicar y a hablar de la verdad. En realidad, no se ha dado un verdadero encuentro con Japón. Cuanto más viajo por el mundo más pienso que aquel obispo tenía razón: Asia es el camino. Europa y los Estados Unidos se preocupan de la verdad, África y América Latina son vida y mantienen vivos los valores que en otras partes del mundo hemos olvidado (la amistad, la familia, los hijos, etc.). A los jesuitas nos resulta significativo que –si no me equivoco– San Ignacio se interesase más por el camino, es decir, por cómo crecer y transformarse en Cristo, que por otros aspectos. El desafío para nosotros, cristianos, reside en la necesaria sensibilidad de todos los continentes para lograr la plenitud de Cristo, que a la vez es nuestra plenitud de ser humanos. Esta visión palpita en muchas palabras del papa Francisco en favor de migrantes y refugiados

 

Para descargar la entrevista completa, haz clic en el siguiente enlace:

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Entrevista al P. Adolfo Nicolás. Propósito general de la Compañía de Jesús
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Comentarios: 1
  • #1

    carmenza marin (viernes, 09 septiembre 2016)

    Comparto 100%, que es la búsqueda, por el camino del amor, del servicio, lo que nos va transformando en seres semejantes a Cristo. Y que transformados, encontramos la verdad, y la vivimos con y a través de nuestros semejantes.
    Al final de la vida, es también claro, que cada uno tenemos nuestra verdad, pero nace del amor a Dios y a los demás.

    En las religiones asiáticas, como lo comparte el P. Adolfo Nicolas, es el camino que recorramos, integros, y llenos de amor y respeto, lo que nos hace crecer, y agrego, de la mano de Dios, que nos guía, en ese camino.


    Bendiciones P. Julio.