¡"Dios con Sentido"!, el blog que estaba esperando

Que alegría siento al comenzar a escribir para este blog. Tantas veces preguntándome ¿Cuándo escribir?, ¿Para quién hacerlo? y ¿Cómo hacerlo?

 

Hoy, doy gracias a Dios por este momento y por este espacio para compartir con otros nuestra experiencia como creyentes  en la fe católica, y discípulos frente a la Misión del Amor que es la que Jesús nos  entrega como la voluntad del Padre.

 

El paso siguiente fue preguntarme ¿Sobre qué escribir? , y ¿para qué lo quiero hacer? 

 

Quiero contar cómo he experimentado a Dios en mi vida, y cómo esta experiencia le ha dado sentido a mí existir. 

En un mundo de tanta incertidumbre, de tantas contradicciones e injusticias,  de sentirme yo misma tan vulnerable y contradictoria tantas veces,  Dios ha sido el faro y el motor que me impulsa a seguir con esperanza, con la certeza de que Dios es Amor, y que, según el padre jesuita Gustavo Baena, con ese Amor misericordioso, Dios nos crea continuamente.

 

Acojo y agradezco plenamente el regalo de mi existencia, y la invitación que este Dios amoroso me hace para buscarlo, encontrarlo, reconocerlo en mí, en los demás, en toda la Creación, a reconocerme como semilla transformadora para lograr una humanidad más  humana! Este es de verdad mi sueño, una humanidad que reconozca al Dios Amor en sus vidas, y que sea dócil a su  voluntad, a la posibilidad de construir lo que los católicos llamamos Reino o soberanía del amor misericordioso del Dios revelado en su Hijo Jesús.

 

En un mundo donde el materialismo parece marcar la pauta del que hacer, y la forma de relacionarse incluso consigo mismo, niños, jóvenes y adultos pierden el norte, el sentido de la vida, y se angustian, y se desesperan, aumentando en la sociedad los casos de corrupción, de depresión,  y de suicidio.

 

Ante esta carrera desenfrenada por el tener, siento una necesidad muy grande de afirmar que Dios está vivo, y que vive dentro de cada ser humano, y que nos invita a vivir de otra manera, con actitud de fe y esperanza, a reconocernos unos a otros, a ser solidarios, con salidas que hacen posible la Fuerza del Amor y la Alegría de Vivir.

 

Desde mi experiencia personal pudo afirmar que Dios vive en mí y que habita en todo ser humano más allá de sus creencias religiosas; tomar conciencia de esta realidad te cambia la perspectiva de la vida, te invita a vivir de otra manera, a preguntarte permanentemente para qué y cómo vives, a reconocer que es lo que realmente te hace feliz, que es lo verdaderamente importante para ti.

Desde esta mirada mi forma de relación con Dios no es de petición, de pedir cosas, sino de pedir la gracia de reconocer su voluntad en mi vida, de aprender a amar como El ama, de tener la gracia de poderlo reconocer en la cotidianidad, a través de mis acciones, sentimientos y  pensamientos.

 

Es esta una invitación a:

  1. Descubrirte amado por Dios de manera incondicional, ya que “Él nos amó primero” (Cf. San Juan).
  2.  Saber que Dios permanentemente te está criando… y que necesita nuestra decisión para seguirlo.
  3.  Reconocer que dentro de nosotros habitan dos fuerzas o tendencias, la del amor y la del egoísmo, para lo cual se requiere hacer oración para discernir por cuál de las dos fuerzas optamos  más allá de la razón, cuál de las dos nos acerca más al Amor, a nuestra libertad.
  4.  Trascender así es salir de mi mismo, encontrar al Dios que habita en el otro, y saberme responsable por el desarrollo de otros seres humanos, especialmente por los más vulnerables.

 

María Isabel Velasco A.

Psicóloga coach,  

Directora del Centro de Desarrollo Profesional en la Universidad Icesi

Cali - Colombia

 

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Comentarios: 3
  • #1

    Sol Beatriz (lunes, 18 julio 2016 10:34)

    Bello testimonio Chiqui, que alegría nutrirnos de una espiritualidad que nos anima a crecer con el convencimiento de ser criaturas amadas y creadas por Dios en cada instante de nuestras vidas.

  • #2

    Bertha Gladys (jueves, 21 julio 2016 13:37)

    Muy bonitas palabras, me alientan a seguir en este duro camino de la vida sabiendo que Dios está con nosotros y nos ama.

  • #3

    Hayder Giovana Espinosa Mejia (viernes, 22 julio 2016 12:36)

    Luego de un primer encuentro verdadero con Dios, puedo decir que mantenemos tan ocupados en el HACER constante, en nuestros bendecidos empleos, en nuestras distintas obligaciones para alcanzar el TENER; que con gran facilidad descuidamos lo mas ligero, lo más vulnerable, lo postergable y más importante que es el SER. Ese SER que requiere de alimento profundo para cada día, ese SER que necesita quebrantarse para reconocer que sin la presencia de nuestro Padre Maternal, enfrentar las diversas tareas de la vida se hacen duras y en ocasiones enfermizas.Pues sin ese SER, el HACER Y EL TENER se logran con dificultades mas marcadas porque imponemos nuestra fuerza y nuestra voluntad, olvidándonos de pedir permiso diario al padre para que nos indique qué es lo que nos tiene previsto u ofrecer lo que Hoy deseamos hacer para ayudar al prójimo.
    Compartir con alegría que solo quien vive la presencia del espíritu Santo en estos espacios de encuentros con nosotros mismos, en espacios verdaderos de entrega y perdón propio, es quien logra evidenciar a corto, mediano y largo plazo los efectos renovadores y espirituales que no debemos perder una vez volvemos a nuestra rutina laboral y familiar, no podemos perdernos de nuevo; debemos sacar ese espacio diario para encontrarnos con nuestro padre maternal cada día y recordarnos que solo es posible si recibimos NO LO QUE PEDIMOS , SINO LO QUE ÉL NOS REGALA CADA DÍA PARA HACER. Gracia Dios y Padre Julio.